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Jesus Sánchez
Después de ver el dolmen de Menga llega el turno de descubrir el Dolmen de Viera. Mucho más sutil y donde podemos observar como las técnicas constructivas han cambiado con el paso del tiempo. Los volúmenes de las piedras escogidas no son tan impresionantes como su hermano pero destaca su color rojizo aún conservado en techos y paredes, una entrada llena de cazoletas como pañal de abejas que te invita a descubrir y continuar por su esbelto pasillo hasta tomarte con la losa de la cámara funerario con su talla de puerta. Lugar de recogimiento y sensaciones muy diferentes al anterior. Dirigido al cambio de estación más frío y húmedo que sin ninguna intención sientes entre sus muros. Si en Menga se abre hacia la luz y la magnificencia... y aqui en Viera, el recogimiento de captar cada rallito de luz hace que desconectes del ruidoso exterior. Recomiendo ir sin prisas y disfrutar de cada sensación.
anibal pizarro
Es el primero que se visita y el más pequeño, pero muy interesante y bonito.
LOBATO. XR
Las instalaciones cuentan con una amplia zona de aparcamiento. Existe una zona de recepción de visitantes a la que hay que dirigirse previamente. Declarado Patrimonio de la Humanidad. La piedra más grande que posee tiene un peso de 30 toneladas. El guía nos atendió de forma atenta y nos informó que estaba orientado hacia el sol y su función era funeraria.